¿Cambio Real en Francia? ¿Qué Hay Detrás de los Medios?
- Marcel Courteau
- 12 jul 2024
- 7 Min. de lectura
Actualizado: 13 jul 2024
“La manipulación mediática hace más daño que una bomba atómica porque destruye los cerebros”, por ello, “nunca fui consciente de cualquier otra opción que no sea la de cuestionarlo todo". - Noam Chomsky.

Los medios destacan el tercer lugar del partido de Marine Le Pen como un fracaso en las recientes elecciones legislativas en Francia. Pero, ¿fue realmente un fracaso? ¿Qué tan contundente es el triunfo del Nuevo Frente de Izquierda? ¿Qué significa para Macron haber quedado en segundo lugar después de que su fuerza liderara la Asamblea antes de su disolución? Y, lo más crítico, ¿de qué se ha librado Francia con estos resultados? Las respuestas a estas preguntas revelan una realidad más compleja y dramática que la aparente en la superficie de los titulares.
Cuando te quitan la venda de los ojos, duele, pero duele aún más enfrentar la verdad sin verla venir. La realidad te noquea, exponiendo la magnitud del engaño porque desde la lona te quedas viendo quién es quién, lo que desata un torrente de emociones que culminan en una profunda decepción. Nos decía Sir Boyle Roche: "La decepción es la enfermera de la sabiduría". Pero, "si voy a encontrarme con una decepción, cuanto antes lo sepa, más de la vida tendré para desgastarla". - Thomas Jefferson.
"Vamos por partes", decía Jack el Destripador.
La distribución de la Asamblea de 2022 antes de la disolución

La conformación de la asamblea era: Ensemble (Juntos-Macron) con 245 diputados, Agrupación Nacional (RN-Le Pen) con 89 diputados, LR (Les Républicains, derecha) y aliados con 78 diputados, NUPES (Nueva Unión Popular Ecológica y Social, izquierda) con 131 y diversos partidos de izquierda con 22.
Los escaños conseguidos en 2024
En primer lugar, ninguna fuerza alcanzó la mayoría absoluta, la cual requiere 289 diputados. Así que, desde allí vamos a decir que hubo mucho cambio para que no cambie nada, y depende quién lo mire, para algunos quedó peor y otros mejor.
El Nuevo Frente Popular de Izquierda emergió como la fuerza con mayor número de diputados en la Asamblea Nacional, consiguiendo un total de 188 escaños. Este resultado posiciona a esta coalición, formada por varios partidos de izquierda franceses, entre los que destacan:
Los Ecologistas,·
El Partido Comunista Francés,
El Partido Socialista,
Place Publique,
Génération-s,
Izquierda Republicana y Socialista,
El Nuevo Partido Anticapitalista,
La Izquierda Ecosocialista
y, por supuesto, Francia Insumisa, que es una de las principales potencias con Jean-Luc Mélenchon a la cabeza.

La coalición del Nuevo Frente Popular de Izquierdas, aunque exitosa en número de diputados, es una fuerza de carácter electoral. Sus componentes, tomados individualmente, obtuvieron menos escaños que los que poseen en conjunto. Esta diversidad interna plantea dudas sobre la capacidad de la coalición para actuar como un bloque cohesivo. Los intereses y agendas de Francia Insumisa, el Partido Socialista Francés y los ecologistas no siempre coinciden, lo que puede dificultar la adopción de una línea política unificada. Y más aún, con 188 escaños, todavía necesitan pactar con otras fuerzas políticas para asegurar una mayoría de gobierno.
¿Cuál es el peso de los ecologistas, Francia Insumisa (LFI), el Partido Comunista Francés (PCF) y el Partido Socialista (PS) dentro de esta nueva alianza de izquierdas? LFI obtuvo 75 escaños, el PS 65 escaños, los ecologistas (EELV) 36 escaños, el PCF con 11 escaños y el resto de los partidos de la coalición con 16 escaños.
El partido del actual presidente Emmanuel Macron, conocido como Juntos (Ensemble), obtuvo 163 diputados, cifra a la que se llega sumando los 102 de Renacimiento (Renaissance-Macron), 35 diputados de MoDem (Movimiento Democrático de François Bayrou) y los 26 diputados de Horizons de Edouard Philippe, quedando en segunda posición. Este resultado fue desfavorable frente a los 245 que tenía la alianza antes de la disolución de la asamblea.
En tercer lugar, Agrupación Nacional de Marine Le Pen, solo por su cuenta, consiguió 125 diputados. Esto es un 40% más de los que tenía en la conformación antes de la disolución (89), y a pesar de ser el partido más votado en términos de porcentaje de votos populares, con un 37.1%.

Lo que no vamos a encontrar en los medios franceses es que, si analizamos la cantidad de diputados por fuerza política, en primer lugar, la Agrupación Nacional (RN-Le Pen) con 125 diputados, segundo Renaissance (Macron) con 102 diputados y tercera la fuerza de izquierda que obtuvo más diputados dentro de su coalición electoral, que es Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon con 75 diputados.
Considerando también que es más probable que Agrupación Nacional, con su aliado de la Unión de Extrema Derecha con sus 17 diputados, llegue a un bloque de 142 diputados.
Por porcentaje de votantes

Es importante destacar que Agrupación Nacional aumentó considerablemente su número de diputados en la Asamblea Nacional. Aunque quedó en tercer lugar en número de escaños, fue la fuerza política más votada en términos de votos populares, lo que indica un significativo apoyo electoral.
El sistema electoral francés es un sistema mayoritario uninominal a dos vueltas y las "triangulares" pueden llevar a que el partido con más votos populares no necesariamente obtenga la mayoría de los escaños en la Asamblea Nacional. Aquí hay algunas razones clave:
La distribución geográfica de los votos: El sistema francés se basa en circunscripciones uninominales, lo que significa que cada circunscripción elige a un diputado. Un partido puede obtener muchos votos a nivel nacional, pero no concentrados lo suficiente en cada circunscripción para ganar allí esos escaños. En cambio, otro partido puede tener una base de apoyo más concentrada y ganar más circunscripciones.
Las alianzas y pactos: En la segunda vuelta, los partidos pueden formar alianzas o pactos para apoyar a candidatos de otros partidos con el fin de evitar que un adversario común gane. Por ejemplo, si en una circunscripción hay una triangular entre un candidato de derecha, uno de izquierda y uno del centro, los votantes del candidato eliminado en la primera vuelta, o que haya quedado tercero sobrepasando el 12.5% de los votos, (digamos, del centro) pueden decidir apoyar al candidato de izquierda para evitar que gane el de derecha, aunque el de derecha tenga más votos populares a nivel nacional.
En muchas circunscripciones con poblaciones pequeñas, los votantes de Macron, al retirarse de la elección, apoyaron a los candidatos del Nuevo Frente Popular de Izquierdas para evitar una victoria de Agrupación Nacional y viceversa.
Este fenómeno explica cómo el partido con mayor porcentaje de votos populares, Agrupación Nacional (37% de los votos), terminó siendo la tercera fuerza en escaños.
Lo que se puede ver en la distribución por distritos:
Comparacion de la distribucion del voto popular por distritos 2022/2024

Si se comparan los resultados del 2022 y con el 2024 en cuanto al voto popular, se constata que la voluntad de los franceses indica un giro hacia la Agrupación Nacional de Marine Le Pen en vistas a las elecciones presidenciales del 2027, que en alianza con la Unión de Extrema Derecha sumaron 10.109.044 votos.

La Constitución francesa establece que es el presidente quien nombra al primer ministro, y este debe contar con el apoyo de la Asamblea Nacional para gobernar. Con el actual reparto de escaños, Macron enfrenta un problema significativo para asegurar la gobernabilidad. No solo no tiene mayoría, sino que también enfrenta la dificultad de encontrar alianzas viables.
Intentar formar una coalición con los republicanos no aliados a Agrupación Nacional, que tienen 48 diputados, sumaría 209 diputados, aún lejos de la mayoría absoluta. Además, la posibilidad de dividir al Nuevo Frente Popular de Izquierdas y formar alianzas con el Partido Socialista Francés y los ecologistas parece complicada debido a las diferencias ideológicas y a la cohesión interna que estas fuerzas podrían mantener frente a un intento de manipulación.
En los días recientes, se ha especulado que Macron podría proponer a François Hollande, expresidente y líder del Partido Socialista Francés, como nuevo primer ministro. Sin embargo, esta opción también presenta desafíos, ya que podría no ser suficiente para asegurar una mayoría estable y gobernante.
Otra posibilidad, aunque arriesgada, es que Macron nombre a un primer ministro del Nuevo Frente Popular de Izquierda, especialmente de la facción más escorada a la extrema izquierda, con la expectativa de que no puedan gobernar efectivamente. Esto podría debilitar su posición política para las elecciones presidenciales de 2027. Sin embargo, este movimiento podría ser visto como una maniobra desesperada y podría aumentar la inestabilidad política en el país.

Sea cual sea la estrategia que adopte Macron, el resultado de estas elecciones muestra que su capacidad para maniobrar y asegurar su influencia en la política francesa se ha debilitado considerablemente. En lugar de ser el vencedor estratégico, Macron se encuentra en una posición precaria, donde cualquier error de cálculo podría costarle caro tanto a corto como a largo plazo.
En resumen, mientras que los medios han mostrado el tercer lugar de Le Pen como un fracaso, la realidad es que su partido ha aumentado significativamente su presencia en la Asamblea Nacional y fue la fuerza más votada. Por otro lado, la coalición del Nuevo Frente Popular de Izquierda, aunque numerosa, es frágil y no garantiza una acción conjunta.
"En las profundidades del invierno finalmente aprendí que en mi interior habitaba un verano invencible." Albert Camus.
¿De qué se ha librado Francia con todo esto? Sin mayoría absoluta y con un presidente debilitado, es difícil vislumbrar cómo los franceses, que despiertan del mal sueño de vivir con trabajos de 1500 euros, en una habitación minúscula, con una patineta y un perro, lo que se ha vendido como el paraíso, van a salir adelante. La inseguridad persiste inmutable mientras las fronteras abiertas asfixian a un sistema de asistencia social que, para mantenerlo, no se vislumbra otro camino que seguir aumentando los impuestos o endeudarse más.
Sin embargo, siempre hay esperanza. Los franceses están empezando a despertar, a cuestionar y a exigir un cambio real. Como dijo Oriana Fallaci: "Hay momentos, en la vida, en los que callar se convierte en una culpa y hablar en una obligación. Un deber civil, un desafío moral, un imperativo categórico del que uno no se puede evadir."
La tormenta política y social que enfrenta Francia podría ser el catalizador de una transformación profunda. Si las voces se unen en la sensatez de reconocer y aceptar que todo tiene un límite, y se comienza a buscar el crecimiento en todos los sentidos, aún hay esperanza de avanzar hacia una mejor situación.
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