LA VIDA EN SOLEDAD
- Marcel Courteau
- 16 jun 2024
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 5 jul 2024

De “Los cinco principales arrepentimientos de quienes están por morir”, que Bronnie Ware, autora y ex-enfermera de cuidados intensivos, describe en su libro, “desear haber mantenido el contacto con sus amigos” es el cuarto . En la era de la constante conectividad digital, la falta de relaciones de calidad está afectando de forma creciente a personas de todas las edades y regiones.
Jean-Marc Richard, locutor de la radio 1 de RTS Suiza, todas las noches desde la “Línea del Corazón” recibe llamadas como este pequeño mensaje de Michael: “Tengo 37 años y mi soledad es total. Tengo miedo de un nuevo fracaso amoroso y me doy cuenta de que me estoy aislando cada vez más. ¿Cómo salir de esta soledad que me ha convertido en un despojo sin proyecto y sin futuro?”.

“Todas las noches estoy sintiendo el pulso de la sociedad”, confiesa Jean-Marc Richard. “Llaman para hablar de su situación, ya sea social o psicológica, y luego en un momento dado la soledad surge muy fuerte. Es como una timidez, una contención de no expresarlo directamente, pero al término de muchos testimonios, la soledad resurge como el elemento central”.
Un reciente estudio realizado por Gallup y Meta, titulado "El estado global de las conexiones sociales", que entrevistó a mayores de 15 años en 142 países entre junio de 2022 y febrero de 2023, muestra que el 25% de los encuestados de entre 15 y 18 años se sienten "solos", y los jóvenes de 19 a 29 años, reportaron un 27%. Los grupos de edad entre de 30 a 44 años, con un 25% y el de 45 a 64 años con un 22%.
Soledad Sentimental
Adèle, exitosa en su carrera profesional, sin embargo, todas sus historias de amor han terminado en naufragio. A menudo se pregunta: “¿Cómo es que siempre elijo a los que no se comprometen?”. A pesar de su belleza, no hay una fila de hombres esperando para hacerla feliz y nunca escuchó un "te amo" de uno de ellos. A los 55 años teme no escucharlo nunca más. Sin hijos, siente que no dejará nada atrás y que cansa a sus amigos con sus problemas recurrentes, por ello se autoexcluye. Las comidas solitarias frente al televisor son su refugio. La vida, con su soledad implacable, le ha impuesto un aterrizaje duro.

José Luis Parise, psicoanalista, nos cuenta que es común encontrar pacientes que aman a sus parejas, pero no las desean. Esto se agrava cuando tienen en su mente la opción de separarse. Mientras esta puerta esté abierta, no se comprometen a encontrar soluciones dentro de la relación. Esta actitud provoca que las parejas se separen sin resolver sus problemas, llevándolos a futuras relaciones. Krishnamurti lo expresó claramente: “Si yo no sé manejar este bote, aunque me cambie de bote, sigo sin saber remar”.
En contraste, solo el 17% de los mayores de 65 años experimenta aislamiento, según Gallup.
La soledad por elección.
Paco, de 60 años, separado, una hija de 37 años, religioso, es bipolar y devoto del Monasterio de las Monjas Carmelitas. Vive solo en su casita del Barrio Las Dalias de Mar del Plata desde hace 25 años.
—¿Alguna vez te planteaste vivir con alguien?
—No. Vivo solo por elección. En una época viví con cuatro cirujas, gente en condición de calle que traje a vivir a la casita de adelante para ayudarlos. Pero eso fue una etapa dura en la que me confundí un poco, y una de las hermanas del Monasterio Carmelita me hizo ver que yo no era como ellos, que lo mío no era eso de andar pidiendo. No tengo problemas para conectarme socialmente. De hecho, tengo contacto con mucha gente, pero lo que no tengo es una vida como la que tiene todo el mundo, esto de ir a trabajar a un lugar y cumplir un horario. Tejo caminos y estolas para el Monasterio en un telar y alquilo la casita de adelante, con eso tengo lo suficiente para mí. Cuando tengo ganas de hablar, hablo, soy muy verborrágico y la bipolaridad me ayuda mucho. Dice Tomás Merton, que es un escritor que están por canonizar: “Ser santo es ser uno mismo”. Y te puedo decir que hoy, a mis 60 años, siento que nunca me sentí tan yo mismo. Yo soy Paco. Yo soy lo que quiero ser y, por eso, como dijo Tomás Merton, debo ser un Santo..
—Entonces, quiere decir que a partir de que decidiste ir a vivir solo, no sufres la soledad.
—Se queda pensando. Mirá, lo que te puedo decir es que yo vivo mi libertad. Yo decido cómo quiero vivir. Es el libre albedrío, el cual no estoy dispuesto a cedérselo a nadie, ni a Dios.

Nos dice el neurocientífico Mariano Sigman: “La soledad es no tener con quién hablar de buena manera de cualquier cosa abiertamente. Hay que encontrar a esa persona, que no suele ser la pareja, un padre o un hijo, porque justamente con todos esos vínculos tú tienes muchas expectativas y es muy difícil evitar el juicio. Suele ser un buen amigo, esa persona con la cual puedes hablar de cualquier cosa, que te va a escuchar, con la que puedes equivocarte, puedes decir las peores cosas del mundo, todos tus demonios, alguien con quien tienes derecho a hablar en cualquier término. Eso es como un enorme paracaídas para la salud. No es una conjetura, eso es ciencia”.
El aislamiento en niños y adolescentes.
La Dra. Miriam Kaufman, psiquiatra del instituto Kreia de Mar del Plata, compartió profundas reflexiones sobre la soledad y el aislamiento:
En un principio, nacemos solos, morimos solos y somos solos toda la vida. Hay una confusión entre ser solo y estar solo.
Esa confusión no la tienen los chicos. Ellos tienen el lenguaje del juego y todo el tiempo deciden solos, pero no están solos. Es muy raro que un chico se sienta solo. La única soledad que sienten los niños es la indefensión del adulto que no los cuida. Los seres humanos somos de las pocas especies que no tenemos autovalimiento. Una gata deja a su gatito y es muy probable que sobreviva. Si no alimentas a un niño se muere.
Una cosa es el aislamiento y otra es que al adolescente le guste estar solo. Si le gusta estar solo para disfrutar de la música o lo que sea, tiene relación con un goce, entonces, esto es una elección para bien. El aislamiento es un síntoma. Te aíslas por algo que te duele, y siempre es funcional a alguien. El aislamiento es defensivo, hay algo que está dañando. Llámese que no puede conectar con los adultos con que vive, y a la vez es muy cómodo a los adultos que el joven esté todo el día jugando a la play o lo que sea. Allí ya hay un entramado familiar que está dando señales de que hay algo que no funciona bien.
Este vacío genera un dolor que el joven intenta calmar con juegos, redes sociales, comida chatarra o cualquier vía de escape. Siempre han existido, pero ahora hay más. Culpar solo a los juegos y redes sociales es un error de diagnóstico.
Lo que sí está pasando, y esto sí daña a los chicos, es que los padres no tienen la menor idea de lo que hacen los hijos. Por otro lado, algo que nos llama mucho la atención en la consulta es que a los chicos les cuesta hablar. Algo pasó entre esta generación y la de ellos que hizo que no lo hayan aprendido.
No hablan con los padres porque comen viendo la tele, usan sus celulares, o hablan de política sin entender. Cuando se ven, solo les preguntan: “¿Cómo te fue?”, “¿Bien?”, “¿Aprobaste?”.
Nadie les pregunta: ¿Qué es lo que quieres? ¿Qué te gusta? ¿Qué te hace bien? Cuando le preguntas al otro sobre lo que hace y no sobre lo que es, el individuo desaparece y ahí te encuentras con la soledad.
El asunto es más complejo: se trata de un problema de comunicación originado por un modelo cultural que produce aislamiento.
Finalmente, la situación no se soluciona con "te saco los juegos" o "haz deporte". Ello requiere analizar la comunicación, desarmar el entramado y crear algo más saludable.
Enfrentar la realidad de nuestras vidas y relaciones es un desafío incómodo que solemos esquivar. La falta de honestidad, tanto con nosotros mismos como con los demás, crea una distancia emocional que alimenta una profunda soledad, lo que Kaufman llamó "la ajenidad": ello es sentir que no somos quienes realmente somos. Es crucial iniciar el viaje hacia nuestro interior, reflexionando sobre nuestras auténticas necesidades y emociones, buscando apoyo, tomando decisiones coherentes y siendo honestos con nosotros mismos.
Fuentes:
1. Temps Présent: Ma vie face à la solitude – RTS Radiotélévision Suisse. Nicolas Pallay, Sabine Pirolt.
2. Gallup – Meta. 2023: The Global State of Social Connections.
3. José Luis Parise, Psicoanalista. Pareja, Amor, Deseo. Min.37:06 a 37:53.
4. Mariano Sigman, Neurocientifico. “La soledad es tóxica, tener con quien hablar es un enorme paracaídas para la salud”. El País, 19/10/2022. Javier Salas.
5. Dra. Miriam Kaufman. Psiquiatra. Instituto Kreia Mar del Plata. Niños y Adolescentes. Entrevista 04/06/2024.
6. ¿Qué tanto conoces a tu familia? Nación Jeep. 30/11/2018.
7. Eat together. Crave More. Canada. April 2017.
8.The top five regrets of the dying: A life transformed by the Dearly Departing. By Bronnie Ware. NHI (National Library Medicine-2012- Beverlee Warren-MA, MS).
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